Joker, ingeniería social psicópata sobre población sin autoestima
- Laura Madroñero Pazos
- 20 nov 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 6 mar 2020
Aquí analizo brevísimamente el contexto del fenómeno Joker, un lavado de cabeza masivo

Probablemente estéis saturados de leer sobre este personaje, ya que ha inundado los medios de comunicación desde el 4 de Octubre. Y eso que, en mi opinión, Joker es una película bastante mediocre en comparación con El Caballero Oscuro de Nolan, a la que ya ha superado en taquilla. Símbolo de las nuevas revoluciones, el Joker no deja a nadie indiferente.
Este payaso siempre ha sido una bomba de relojería. Es significativo que hayamos evolucionado de centrar el protagonismo en Batman a dedicarle una película entera al Joker. Es el working class hero de la psicopatocracia en la que vivimos, porque es coherente que queramos ver arder el mundo, pero no natural. El sistema vigente es antiorgánico y oscuro, como es comprensible al final de Kaliyuga o era de la oscuridad, edad en la que nos sitúan los hindúes, que es bastante compatible con nuestra era astrológica, la era de Piscis. Kaliyuga y Piscis se definen por el triunfo del ego, el individualismo radical, los bajos instintos, la segregación y la desinformación. Han de derivar a Satya Yuga y a era de Acuario, las edades doradas definidas por la bondad y la verdad. Pero de momento estamos aquí, creyéndonos que no formamos parte de un juego cuando nos rebelamos violentamente. En esta era, el conocimiento lo controlan las élites, y lo que emiten es desinformación.
La definición de Guerra Híbrida según Wikipedia:
"Une fuerzas regulares e irregulares, desinformación y una aparatosa presencia militar en una ofensiva limitada", siendo su ejemplo la guerra en el este de Ucrania y calificando genéricamente a las relaciones entre Rusia y los países occidentales (Estados Unidos, Unión Europea, OTAN): "esta nueva especie de guerra híbrida está definida por el hecho de que no hay una distinción real entre la guerra y la paz". Los conflictos híbridos implican esfuerzos a diferentes niveles con el objetivo de desestabilizar un estado funcional y provocar una polarización de su sociedad.
Polarización. Pobres y ricos. Catalanes y españoles. Indígenas y magnates. Izquierda y derecha. O lo que sea que les permita romperte y separarte de tu igual.
Dice Michael Talbot en su libro El Universo Holográfico que "en sus escritos, Bohm (pionero en la teoría del holomovimiento) argumenta vehementemente que nuestra forma actual de fragmentar el mundo en partes no solo no funciona, sino que puede llevarnos a la extinción".
¿Qué sentido tiene que Hollywood, siendo una industria multimillonaria, emita mensajes subliminales KILL THE RICH? También ha mandado ese mensaje con El Caballero Oscuro: La leyenda renace (dónde incluso desvela que detrás del comunismo está “La liga de las sombras”) y las 5 películas de La Purga. ¿Y por qué se ha producido la aterradora casualidad que relaciona el estreno de Joker con todas las revueltas populares superorganizadas? Sudamérica, Hong Kong, Cataluña. Ingeniería social. El mundo se está partiendo en trozos y ha empezado a arder.


Divide y vencerás.
Y peor aún, Ordo ab Chao.
Uno de los más importantes lemas masones, que significa crear caos para luego imponer un orden. Todo el mundo sabe que existen los masones, que hay políticos en la masonería, nadie sabe lo que hacen pero a todo el mundo le parece bien que existan en secreto. El fuego es también símbolo masón, ya que estamos.

Estados Unidos está controlado por Rusia/China, hogar de las revoluciones comunistas, y quien no se lo pregunte es que ni siquiera ha estado atento a las noticias mainstream (Russiangate). Y Trump, por su parte, participa del fenómeno Joker. Causa el mismo estupor fanático al menos.
“Tengo a los votantes más leales. ¿Alguna vez habéis visto algo así? Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente, y no perdería votantes”
– Donald Trump
Inciso: Muy interesante el artículo de Pedro Vallín, Barcelona de Fawkes, Barcelona de Fleck, si preferís un acercamiento más sociopolítico.
Es cierto que nunca se puede saber a ciencia cierta quien te gobierna. Pero al menos puedes observar los hilos e intentar ver de dónde vienen. Me reservo gran parte de mi opinión al respecto para centrarme en el tema.

Analizando la película en sí, en seguida nos damos cuenta de que Arthur Fleck es un psicópata que vive en la miseria. Un Travis Bickle, pero más enajenado. No es en absoluto mi intención frivolizar sobre la pobreza o la enfermedad mental, ni justificar en algún modo la desigualdad social, pero cada persona ha nacido donde ha nacido y el primer paso para cambiarlo, es aceptarlo. Se puede ser pobre como una rata y ser feliz, siempre y cuando uno se haya dado permiso para obtener el mayor regalo de todos, que es la propia consciencia.

Arthur está terriblemente bloqueado por su situación, sí. Pero lo rodean relojes que marcan las 11:11, el número clave del despertar espiritual, aunque siempre está mirando a otro lado. Y lo que es más, si la consciencia es imposible de localizar en nuestro cerebro o nuestra dimensión, eso sugiere que actúa como una nube desde la cual, como seres divinos, decidimos encarnar en lo material. ¿Y si nuestras vidas son distintos niveles de un videojuego universal al que tenemos que jugar? Habremos de ser, y con alegría, desde el mísero hasta el noble, destilando todas las lecciones posibles de cada avatar. La envidia entonces no tiene sentido, es falta de autoestima. Ambicionar cosas externas para solucionar cosas internas tiene resultados trágicos. Eso es lo que le ocurre a Arthur Fleck. Necesita ser visto, oído y considerado, desde fuera. Fantasea constantemente con ser otra persona, con haber tenido otra vida más “privilegiada”, convertirse en la otra cara de la moneda que es Batman, al que tampoco le espera una vida feliz. Esa fuga masiva de energía le impide crecer por dentro, y al final acaba culpando al resto de todas sus desgracias. Es cierto que, en parte, todo el mundo tiene “la culpa” de algo, pero cada individuo es responsable de su propio bienestar. Somos parte del todo y tenemos el poder de influir en él pacíficamente. La alternativa a eso es matar a gente o quemar contenedores para ahogar la rabia.
En todo caso, exista la reencarnación o no, sea cual sea el sentido de la existencia, está claro que lo más sano y constructivo es centrarnos en lo mejor de cada situación. Si no, nos convertimos en inestables víctimas Joker a los que se puede fácilmente manipular dentro de la era de la desinformación. La tristeza, la rabia, el miedo y todas las emociones negativas son vibraciones bajas, la sociedad tal y como está construida va a intentar inducirte a ellas constantemente. Manejas elementos y costumbres psicópatas en tu vida sin darte mucha cuenta. Las revoluciones masificadas y controladas no te van a llevar más que a la casilla de salida. El mayor acto de revolución que puedes llevar a cabo es quererte a ti mismo.

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